México, Belice y Guatemala comparten la Selva Maya, uno de los sistemas ecológicos y culturales de mayor importancia a nivel global al ser el segundo bloque forestal más grande de las Américas después de la selva amazónica. Conservarla significa proteger un corredor de áreas naturales caracterizadas por su riqueza y variedad de recursos naturales y culturales, así como sus servicios ecosistémicos en procesos de adaptación y mitigación al cambio climático. Resguardar la Selva Maya también significa mantener valiosas cuencas hidrográficas que suministran agua a las poblaciones de la región, así como una importante fuente de ingresos derivados de la producción sostenible de madera, productos no maderables, turismo, entre otros.
Tanto la gestión adecuada del bosque, así como el conocimiento de los procesos de planificación del territorio, son imperativos para saber cómo se desarrolla la dinámica de cambios en la cobertura forestal. El monitoreo constante permite percibir las transformaciones a través del tiempo, lo cual se convierte en información valiosa para la conservación de los recursos, en este caso, de la Selva Maya.
En ese sentido, el Estudio hace una descripción del proceso metodológico que permitió conocer de manera paralela los cambios en la cobertura forestal para el periodo 2017-2018, cuyos resultados se reflejan gráficamente en dos mapas que servirán como punto de partida para medir la recuperación de la cobertura forestal en la región, una de las acciones que ha impulsado el proyecto Protección de recursos naturales Selva Maya.
Los mapas fueron generados con materiales y métodos de amplia utilización. Para llegar a estas representaciones geográficas, se desarrolló un análisis por medio de técnicas de sensores remotos (imágenes del satélite Sentinel II) que exponen el comportamiento que se registró entre los años en mención. Se tiene previsto que la segunda parte del estudio se realice en 2020 y que los resultados se comparen con los obtenidos en esta primera etapa.
El Estudio puede ser útil para planificar los esfuerzos de restauración enfocados en el manejo de las áreas protegidas como la recuperación de cobertura; brinda la posibilidad de que esta metodología aplicada sea retomada por las agencias que velan por la conservación de la Selva Maya (Belize Forest Department, FD por sus siglas en inglés; el Consejo Nacional de Áreas Protegidas de Guatemala, CONAP; y la Comisión de Áreas Naturales Protegidas de México, CONAP. La suma de esfuerzos también dio como resultado la compilación de mapas nacionales de uso del suelo obtenidos de fuentes oficiales.
La UICN, por medio del Proyecto, brindó asistencia técnica para generar datos actualizados y sistematizados, obtenidos de una fuente de información en común y aplicando la misma metodología para los tres países. Para ello se contó con el apoyo de las unidades geoespaciales de las agencias de áreas protegidas de la región.
En el proceso se consultaron las siguientes bases de datos: en México, las de uso del Suelo Serie IV y Serie V del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) correspondientes a los años 2017 y 2018 respectivamente; y las de uso del suelo de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO) de 2016. Para Guatemala, se utilizaron las bases de datos de cobertura forestal producidas por el CEMEC como datos oficiales de tipos de bosque en Petén en 2017, e información del atlas de uso del suelo para Centroamérica publicado por la Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo del Sistema de Integración Centroamericana (CCAD, 2010), los cuales también se usaron para Belice; además se compararon los datos de ecosistemas naturales y coberturas de uso de la tierra del Belize National Spatial Data Infrastructure 2017.
“Si lo vemos como un mapa, en una primera capa estamos viendo el tema forestal, pero en la segunda capa se ven los beneficios para la biodiversidad y la importancia arqueológica que hay en la Selva Maya; la tercera capa es el tema hidrológico por la conexión de cuerpos de agua que hay en la región de Quintana Roo hasta llegar a los lagos de Belice y Petén. Es un aporte gigantesco para un territorio tan importante”, expresó Ricardo Sandí, oficial técnico de la UICN a cargo del estudio.
Los datos finales fueron expuestos ante el panel de técnicos de las agencias de áreas protegidas que han estado involucradas en la implementación del proyecto en México, Guatemala y Belice, quienes validaron las conclusiones del estudio. Este esfuerzo permite que por primera vez se cuente con piezas homogenizadas cartográficamente en formato digital georreferenciado para la Selva Maya, lo cual se traduce en información regional actualizada, comparable y consistente.
Contacto para más informaión: Adriana González, Oficial de Comunicación, adriana.gonzalez@iucn.org